martes, 5 de noviembre de 2013

Tal vez hasta los niños deberían volver a ser niños...

Salí a caminar. Suele pasarme esto desde que me dí cuenta que me estaba volviendo excesivamente sedentario y dependiente de la computadora. La pc pasó ahora al celular, por lo que la desconexión no es total. Pero tiene sus ventajas. Como por ejemplo que existan aplicaciones que te cuenten los pasos y los kilómetros que caminás. Y para alguien como yo, que no le gusta esto de caminar por caminar, tener un desafío a superar es un estímulo. Es más, hasta le estoy tomando el gustito... Pero me estoy yendo de tema. 
Cuestión, que cuando ya estaba volviendo a mi casa, pasé por la plaza Pueyrredón. Muy linda plaza, bien cuidada, con espacio para correr, patinar, jugar al básquet o al fútbol, tomar mate... 
En una de las manzanas del parque, están preparando el terreno para poner juegos para los niños. Y ese preparar el terreno, implica que se formen unos pequeños taludes de tierra. Pues bien: ¿dónde estaban los niños? Jugando en las montañas de tierra. Que no tendrían más de un metro. Pero allí estaban, trepándose, escalando, corriendo bajo la atenta mirada de los padres. 
No creo que estuvieran jugando a vaqueros e indios. Tampoco a la guerra. O al menos no lo sé. Pero lo que sí sé, es que en estos tiempos informatizados, ver a estos niños siendo niños, dedicándose a jugar, a inventar escenarios, haciendo actividad física, me volvió un poco a mi propia niñez. Recordaba esto de que todos tenemos un niño interior, que tenemos que dejar salir a ese niño, que tenemos que ser un poco como niños también... y me preguntaba si, tal vez, hasta los niños no deberían volver a ser niños...