Comienzo. Siempre hay un comienzo. Y nuevos comienzos. Como cuando éramos niños, y jugábamos con plastilina. Todo podía volver a ser de nuevo. Creábamos animales, flores y bastaba hacer una bolita para que nuestra imaginación generara nuevas formas y nuestras manos le dieran vida.Es cierto. Hoy no podemos hacer una bolita con la realidad. Y hasta puede que la realidad se niegue a ser amasada. Pero siempre podemos poner un poco de masa acá, o sacar de allá. El modelo nunca está terminado. Como siempre, todo depende del amor que pongamos en cada toque, en la ternura con que la miremos. En aprender a mirarla siempre con ojos nuevos, con ojos de niño. Para saber, desde la inocencia que ellos nos regalan, que siempre es posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario